Las Cosas de Dios

Mateo 22, 15-21.

El no saber discernir que corresponde a Dios y que al mundo ha sumergido al ser humano en crisis de muchos tipos;  que van desde las personales de manera individual a las grandes crisis sociales que han arrastrado a grandes naciones al fracaso. Hoy observamos crisis politicas, bio-éticas, educacionales, científicas.. no hay una rama del saber humano que se escape a esta falta de discernimiento.

El no dejar espacio a las cosas de Dios en nuestro día a día nos aleja de poder obtener cualidades  que los mismos fariseos y herodianos reconocen en Jesús: …”sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad; sin que te importe nadie, porque no miras lo que la gente sea”…. Jesús emboscado en la pregunta no teme responder, y responde dando plenitud al sentido de las cosas espirituales, cribandolas de las terrenales.  Es una respuesta plena que define que lo hecho por el hombre se queda para el hombre pero que las cosas de Dios trascienden al espacio-tiempo limitado en la vida humana. ¿Qué valor tiene una moneda acuñada por el hombre de metal extraido del suelo comparado con las cosas que nos da Aquel que todo lo creó?

Pidamos al Espíritu Santo que en este camino de conversión nos de el discernimiento y los dones para que al igual que Jesús poder – a través de nuestra sinceridad-, enseñar el camino a Dios conforme a la verdad, no ajustada a intereses ni prejuicios y ver al projimo como lo mira Jesús… separando todo el tiempo las cosas de Dios de las cosas del mundo.

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