La alegría de entregarse

Juan 15, 1-8
Las primeras comunidades-iglesias cristianas mostraban gran gozo y entusiasmo en su accionar debido a la presencia constante y activa del Espiritu Santo. Los ministerios crecian y se multiplicaban en gracia unidos a Cristo.
En el presente somos un reflejo de estas comunidades que en Palestina, Antioquia y Fenicia buscaban en el Evangelio de Jesús una forma distinta de vivir; Vivir para amar al projimo a traves de Servir.
En nuestra sociedad de hoy es tan dificil encontrar el servicio; el Servicio desinteresado libre de fines ulteriores y de intereses humanos. Estamos acostumbrado a ganar algo en todo que nos cuesta extender las manos y que al cerrarlas estén vacías. Algo debo traer en ellas aunque sea el projimo para exprimirlo y despues desecharlo.
Iglesia de Cristo no es ONG, Iglesia es servir y como las paredes no sirven sino que sirven los miembros de la Iglesia, nosotros estamos llamados a servir. Servir unidos a Cristo para que en todo momento el gozo y la gracia nos acompañen, nos ayude a someter la parte humana de creernos indispensables en la vid del Señor, a someter la arrogancia y nos ayude a reflejar a Cristo en nuestro servicio; que sea el mensaje del Evangelio que quede y no quien hace la obra.
Es a través de la unión con Cristo que el servicio al prójimo no espera nada, que encuentra alegría en entregarse, que encuentra gozo en la sonrisa de un niño, de un anciano o del prójimo que mal vive en las periferias.
Que el Espíritu Santo nos ayude a mantenernos unidos a Jesús, y permita que nuestro servicio refleje a Cristo y que el temor a poner a disposición del prójimo nuestros dones desaparezca de manera que nuestro ministerio, tanto el personal como el comunitario, crezca y se multiplique y así nuestros frutos sean la gloria y la alabanza al Señor en todo momento.

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