¡Sal para dar Sabor a Cristo!
5to Domingo del Tiempo Ordinario, Mateo 5,13-16
Quizás la comparación que hace Jesús entre la sal y su audiencia nos
parezca irrelevante vista desde nuestra “modernidad” pero no debemos olvidar que la sal en la Era Antigua de nuestra historia, y no tan antigua, era la sustancia utilizada para preservar los alimentos.
Tal fué la importancia de la sal que muchos preferían el pago de su labor o servicio en porciones de sal en lugar de monedas de oro o plata (salario viene de la palabra sal).
Jesús llama a sus discípulos a ser las personas que preserven las buenas obras, que preserven el mandamiento del Amor, que a través de sus acciones se den a los demás mezclándose como la sal; que se sienta la presencia en el sabor aunque no se vea. De esta forma debemos orientar nuestro servicio, lleno de la presencia de Jesús y que sea él que irradie luz y mi ego empequeñezca. Que mi prójimo vea a Cristo en el servicio, a Cristo en la prédica, a Cristo en la misión. Demostrándose así que lo que llevamos no está amparado en lo humano sino en la Sabiduría de Dios Padre que por su misericordia nos permite reconciliarnos a través de su Hijo.
Pidamos al Espíritu Santo que nos dé la oportunidad de ser Sal y Luz…. Sal para preservar el mensaje del Evangelio; Sal para dar sabor a Cristo, al Servicio, Luz para llevar a Cristo a los lugares donde los demás temen y Luz que muestre el camino a los demás hacia Jesús.