Jesús reconstruye mi templo
Jn. 2, 13-25
La entrada de Jesús al Templo que nos presentan los Evangelios la visualizamos en muchas ocasiones como algo “épico”, pensamos en un desalojo con la fuerza pública de un lado y los usurpadores del otro, apoyados por los círculos de poder; que las palomas liberadas taparon el sol y que el ganado desatado llegó a las puertas de la ciudad, y no decir de la cantidad de monedas que cayeron al suelo. Nos quedamos con la idea de un Jesucristo revolucionario, desafiante del status quo, agitador de masas. Un líder politico-militar se nos fija en la mente porque el ser humano encuentra complacencia en lo material y no escuchamos lo que Jesús hoy nos pide. Nos pide que lo imitemos; a cual templo iré a limpiar es lo que pensamos?… el templo que Jesús hoy nos pide que subamos junto a Él, esta cerca de cada unos de nosotros, es al templo de nuestro corazón. Ese es el templo que hoy quiere limpiar, quitar de ahí todo aquello que ocupa espacio y evita que disfrutemos a plenitud de la Gracia, del Amor , del Perdón y del Gozo de Dios. Quizas no es tan “épico” esta subida pero si es de valientes.
Pidamos al Espíritu Santo que nos de la valentía de poder limpiar nuestros corazones, cada uno sabe de que cosa se lo está dejando usurpar, y como Jesús que en tres días reconstruía aquel templo, hoy con tres pasos (arrepentimiento, confesión y perdón) Jesús reconstruya el nuestro .